Cuando hablamos de "hogar" a cada uno se le viene la imagen de su casa a la cabeza o puede que alguna idealizada, pero el hogar no sólo es la vivienda en sí, con sus paredes y su tejado, hogar es también el ambiente que en él habita; el lugar en el que entras quitándote los zapatos o desabrochando el cinturón cuando llegas de trabajar avisando de tu llegada a las personas que hay dentro; un espacio donde mires donde mires se refleja tu identidad; es la zona donde se desarrolla tu día a día, donde compartes comidas... tu vida en definitiva. Es tu sitio.
Por todas esas razones que me parecen de gran importancia, no sólo por estética, conseguir la armonía en el hogar es tan importante como cuidarte a tí mismo. A nadie se le ocurriría ir a una entrevista de trabajo con unos vaqueros viejos y gastados, zapatos rotos y con una actitud totalmente desinteresada y negativa. El hogar no sólo "puede hablar de tí", sino que "puede hablar contigo" si el conjunto de elementos que la forman se adaptan a tus necesidades.
Me refiero por un lado a la idea que pueden hacerse de nosotros observando cómo y dónde vivimos, desde la limpieza hasta la distribución de los muebles o la iluminación; y por otro lado, a esa sensación que querer llegar a casa para tumbarte en ese sofá que parece hecho a medida para tu cuerpo, que parece que te abraza o que te atrapa cuando no te deja levantarte de él porque ha estado esperándote durante todo el día y era justo lo que más necesitabas.
Pienso que la decoración no es sólo poner cosas bonitas en una vitrina o colgar una obra de arte; es saber comunicar y a la vez cubrir tus necesidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario